martes, 22 de septiembre de 2015

El reflejo del agua


Tres naranjas amordazadas. Una de ellas perdió la vida.
Cinco baldosas que a balazos se dividían.
Dos cajas viudas. Los flacos han muerto en batallas de besos.
Una botella a través de la cual se ve aquello que quedó.
Se deja ver ahí, cruda la muerte entre el agua y el barro.
Todo terminó ahí en ese vistazo. 

La vida sigue y la muerte pasó.

Luciano Ezequiel Cabrera

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