domingo, 18 de septiembre de 2016

Simplemente palabras

Las palabras en la mente estallan, se divierten.
Se pierden, se mezclan, chocan y revientan.
Se pelean, aman y saborean lentamente.
A veces se arrebatan, se besan y abrazan
se entrelazan, mueren y reviven.
Son un ejercito letal, un puñado de nada, 
un universo multiforme.
Quitan el sueño, u otorgan uno.
Rompen un corazón o lo alimentan
lo nutren o lo estrujan hasta secarlo. 
Son ingenuas, rien, giran, se pierden.
Se encuentran, se saludan, congenian 
y son felices o desafortunadas.
Son dueñas del cuerpo que habitan pero 
vuelan y se pegan a los oídos cercanos. 
Bailan en otros, recitan versos, hacen cosquillas,
son cálidas, acarician, o lastiman.
Las hay vestidas de seda y otras con tachas.
Las hay con pulóveres de lana, también de arpillera.
Son dueñas de todo y no piden nada. 
Las palabras crean, están, somos ellas, abrazalas.

                                                                                      Luciano Ezequiel Cabrera

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